¿El mejor disco de Depeche Mode en lo que va del siglo y desde el "Songs of Faith And Devotion"? Y...probablemente. Sin duda nos deja con la tranquilidad de que hay vida después del soso "Spirit" del 2017 y de que los 6 años de espera valieron la pena. Depeche Mode en toda su gloria, sin fallas, concreto, seguro, con la oscuridad y la luz necesaria para no hacerlo deprimente. Sin desperdicios, uno de los mejores discos de los últimos tiempos. Con ganas de avanzar, no atados a los recuerdos, aquí hay temas que coexisten tranquilamente con sus grandes hits ("Ghosts Again", "Never Let Me Go", "Before We Drown") con otros más intimistas ("Speak To Me", "My Cosmos Is Mine") que te recuerdan porqué son lo que son y porqué no nos dejan olvidarnos de que existen.
Depeche Mode demuestra de que es necesario. No importa quienes hayan venido antes ni de quienes vengan después. Ellos son lo que todos anhelamos de un artista. Ellos son simplemente y, sobre todo, Depeche Mode.